Cada día a su lado fue una fiesta, siempre féliz, siempre contenta y dispuesta a compartirlo todo, cada día de sus más de quince años Berta sólo nos dio alegría. Hasta para irse lo hizo a su estilo, sin molestar, sin drama, arropada por los brazos de sus dueños, evitándonos la decisión de facilitarle el camino. Nos lo puso fácil todo, siempre, hasta el final. 

Hoy estoy triste y mi compañera Jenny me ha contado una historia para consolarme; yo me quejaba de lo mal pensados que están los perros y gatos, del poco tiempo que nos regalan su vida, y ella me ha escrito la razón de que sus vidas sean tan trágicamente cortas: 



 “La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas..¿verdad?” ”Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso , no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros.” 




Bertita, Alaska, Moss, Trasto, Chow, Husky, os llevo en el corazón para siempre.


Paloma